El hábito no hace al monje

Les mando una postal firmada desde la tierra del desubicado en Levi's 501 y polo rosa o playera lisa en un evento de Hip-Hop. 


Inline image 1Cada género musical tiene su particular forma de vestir, la primera referencia que me viene a la mente siempre que intento relacionar ambas cosas es el punk con sus estoperoles en los chalecos y sus pantalones customizados a mano. Mi sobrino el mayor pasaba horas frente a una maquina de coser armando el outfit del fin de semana.

Ahora nos movemos de vuelta a nuestro género preferido. Siempre vi con un tanto de admiración a los amigos con los que pasé mi adolescencia y el inicio de mis años adultos ajuareados en Johnny Blaze, Ecko, Dada, Pelle Pelle o Tribal y luego venía yo... con una polo Lacoste, unos Levi´s y unos Adidas Kiel en vez del clásico Superstar o unos L.A. Gear... lo que ahora se conoce como "normcore".

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Y es que yo crecí así, con mi familia eligiendo casi toda mi ropa y calificando si me veía bien o mal. Limitando mis compras a vestirme como mis hermanos. Señores con una brecha generacional inmensa, ya que tenemos una diferencia de edad de casi 20 años. Rebelándome de vez en cuando y comprándome un pantalón Flatland un par de tallas mas grande que me bajaba a media nalga y que, eventualmente, terminaría por no volver de un viaje a la lavadora. Ese animal come-ropa que tantas prendas amadas me robó.

En este mundo lleno de etiquetas lo que menos quise relacionar con mi música era mi ropa y aprendí del rapero más soberbio del país que "tráeme unas chanclas y te las hago Hip-Hop" y así he vivido desde que empecé hace algunos años. Allá por el 2006, cuando los eventos se hacían en el Meridiano, llegué a tocar de traje y corbata y de cualquier modo, prendí al público y armé una fiesta. 

Por que a eso nos dedicamos, a hacer fiesta, a gritar "Hip-hop" y que nunca pare.

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