Malafama educando las calles de Guadalajara.


Foto vía instagram/malafamarap
Malafama educando las calles.

Malafama es un productor, manager de Leazzy, beatmaker, ha sido b-boy, grafitero y DJ, pero hoy en día es mejor conocido por ser un gran rapero de Guadalajara, la ciudad donde radica, pues él es zapopano. En el 2014, con su álbum Bala perdida, fue nominado a la categoría mejor álbum de Rap/Hip hop del año por los premios IMAS, mismo material que hoy representa una imagen de peso en la música latinoamericana. Hace 6 años, este rapper tapatío emprendió un proyecto por iniciativa propia, mismo en el que me permitió profundizar para documentarlo. Esta es la historia vista de cerca de esta experiencia de Malafama desde que creó estos talleres de hip-hop en Guadalajara hasta lo que son hoy en día. 

¿Cómo comienza el proyecto?

Con un chingo de ganas y en un inicio, Malafama propuso el proyecto a la Organización de Estados Iberoamericanos. 

La Secretaría de Educación Pública abre un espacio en las secundarias llamado Abriendo escuelas para la equidad, donde se siguen impartiendo talleres de distintas materias a los alumnos los sábados. Entre estos talleres, algunos son de carácter artístico, donde participó como el personaje de rapero. Pronto, le ofrecieron el espacio de impartir su propio taller, para lo que armó el proyecto de manera formal y con un enfoque educativo. Oficialmente, fue un taller de creación literaria, esto para que fuera aceptado por la SEP.

Partiendo de ideales para la paz y tras informarse lo suficiente, Malafama arma su proyecto de hip-hop. En su trayectoria de vida, en su juventud, esta cultura fue el detonante para darse un espacio y descansar de la pandilla, y así insertarse como un ciudadano productivo en la sociedad: dejar la violencia y generar un cambio positivo, tal como los ideales originales del Hip-Hop dictan. Entonces, buscó usar esta nueva oportunidad para invitar a los nuevos jóvenes a cambiar su visión de la pandilla, de una bastante negativa a una positiva.
Junto con el colectivo de arte urbano Actitud comenzaron a documentar este proceso: grabaciones y fotografías son vestigios del principio de estos talleres. Durante tres años estuvo trabajando cuatro horas todos los sábados, impartiendo y educando a los chicos, recibiendo una cuota que, si bien era algo más que simbólica no se podía considerar suficiente para vivir de ello.
Foto vía instagram/malafamarap
Proyecto real

El primer año comenzó bien. El segundo estuvo de maravilla. En comparación con los demás talleres, tenía aproximadamente el triple de alumnos a pesar de ser talleres voluntarios. Es aquí donde se veía la respuesta de los estudiantes: el favoritismo por un movimiento con el que se identifican de verdad. Además de los alumnos, compas del barrio se acercaban a recibir los talleres, incluso, padres de familia se llegaron a sentar para rimar en clase.
En un inicio solamente se trataba de sentarse a escribir lo que se le antojaba al participante del taller: una lluvia de ideas de todos para que después Malafama las transformara en rimas. No obstante, constantemente perfeccionaba la información que impartía para ofrecer cada vez educación de mayor calidad, puesto que ya lo buscaba el gobierno para liderear iniciativas. Barrio futuro fue el nombre de este proyecto en el que él estuvo a la cabeza.  Al ser el único que impartía estos talleres sin olvidar estar en contacto directo con las pandillas y los cholos, se abrió paso para abrir talleres en cocheras, parques y banquetas para instruir a los interesados. Además, también colaboró con Secretaría de Cultura.
Hastío del sistema

Sin embargo, debido al asco que le provocó el pésimo sistema que el gobierno llevaba (y sigue llevando) a cabo, se deslinda de colaborar con él. Después de su auto-exilio, lo buscan en asociaciones civiles y comienza a trabajar con ellas. Actualmente, lleva tres años participando en asociaciones civiles como externo.

En este punto, profundiza en su estudio, en su propia formación. Se aboraza de teoría hip hopera de toda América y Europa. Con esto, genera un manual con objetivos, actividades y charlas, planeado para que sea impartido de 3 a 6 meses. El principal objetivo de estos manuales es el de disminuir la violencia en las calles; transformar la violencia en competencia sana. Algo como lo que las madres de 2pac y Biggie pactaron tras las muertes de sus hijos.

Ejemplos como algunos alumnos que, de disparar en el barrio y vivir en las drogas, han pasado a trabajar y rapear son las principales muestras de que el trabajo ya ha tenido frutos. Aunado a esto, Malafama siempre se ha interesado en que los chicos terminen con la escuela y los apoya a que lo alcancen.
En los reclusorios
Ya trabajando en el CEDAT A.C., le abre la posibilidad de impartir talleres dentro de centros reclusorios, como el Tutelar para Menores de Jalisco. Desde hace el 2013 ha trabajado en esta organización, misma que le abrió la posibilidad de emprender otros proyectos, Malafama estima 20, entre ellos el Metropolitano de Arte Urbano, donde se dedicaron a decorar la Perla Tapatía y forrarla de cultura, rindiendo honor a José Clemente Orozco en su aniversario.
Foto vía instagram/malafamarap
La educación de los morros

Es sorprendente lo llamativa que es la cultura hip hop para los morros, solamente necesitan tener el mínimo contacto y muy posiblemente terminarán enganchados, aún más si reciben una formación en ella y la conocen de verdad. A través de rap, de historia e ideales del hip hop, Malafama forma a los jóvenes. “Ustedes no son delincuentes, solamente están aquí porque cometieron un error” y “todo lo que hagas tendrá una reacción” son algunas de las ideas que el zapopano junto con Roberto Ruiz, su compañero, les repiten a los pupilos del hip hop, “hay otro cotorreo, carnal, las calles no lo son todo”.  Además, pequeños diálogos con los policías cambian sus perspectivas, al grado de que ellos también se interesan por los jóvenes. La reinserción social. De pasar de estar todos los días en sus tumbas (camas, como les llaman en el Tute), estos formadores buscan que acaben la escuela para que cuando salgan sean personas culturizadas y con herramientas para la sociedad.

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Otra intención de estos talleres es la de generar nuevo público y a raperos frescos. Teniendo una variedad tan amplia de temas abordados por el rap, a Malafama le resulta fastidioso escuchar a aquellos raperos que matan, matan y matan; a un lado el gansta rap. También opina que las batallas de freestyle tampoco generan nada más que espectáculo, un rapero diciendo mierda al otro, lo que encuentra tremendamente hueco. Entonces, esta es su propuesta: la formación de la juventud en la verdadera esencia del hip hop para que sean ellos el público que le hace falta a tanto rapper que habla sobre estas temáticas.

¿Cómo es posible que siendo vecinos del creador del hip hop (EUA) somos los que menos formación tenemos? Más de un país de Latinoamérica y España muestran mayor conocimiento de la cultura a diferencia de México que tan poco ha dedicado por propagarla. Para esto, Malafama creó tres manuales: rap, grafiti y break dance. Ha impartido conferencias sobre estos en instituciones educativas como universidades de la UDG para cambiar los prejuicios de la cultura callejera, donde le mostraron respeto e incluso cariño. 

Enseñan que para ser rapero no se necesitan solo ganas, sino también conocimiento del género, de lo contrario Mr. Jat y Memo Ríos serían algunos de los grandes. Se les explica lo que es métrica, temática, estructura, ritmos, bombos y cajas, el sampleo y su historia, se les presenta a personajes como Dj Kool Herc, Afrika Bambaataa, Malcolm X, incluso se les habla de la Nación del cinco por ciento. Estos maestros o guías del hip hop enseñan que son 5 elementos en la cultura, no 4: rap, break dance, grafiti, disc jockey y el conocimiento, compuesto por los otros cuatro y que forma a los otros cuatro. Enseñan que el conocimiento que no se comparte es inútil. Enseñan sobre la evolución del hip-hop: desde (Preachers Delight) Rappers Delight, pasan por 90’s con Snoop y Dre, hasta 50 Cent y acá. Previamente, cómo llegaron los africanos a América (como los antiguos trovadores que llegaron a África, griot) y los predecesores del género: jazz, blues, ska, The Last Poets. 

¿Qué es un cholo?, la respuesta no es un delincuente: viene de la palaba xoloitzcuintle del náhuatl, que significa perro callejero, el perro más bravo pero el más noble, por lo que cuida el barrio, según las creencias antiguas. ¿Por qué se usa Dickies? Porque los primeros emigrantes trabajadores de México a EUA vestían Dickies en las fábricas, la raza callejera, la chambeadora. ¿Por qué se rapan? Porque resulta barato e higiénico. El significado del número 13: contando desde la A, el 13 es la letra M en el abecedario, de Mexicano. Se les habla de los pachucos, de la protección (no agresión) del barrio de los cholos, de los verdaderos significados en búsqueda de conciencia, de mentes libres. 

“Metemos el discurso anti-sistema como gol, pues en clases están presentes los mismos guardias”, dice cómicamente y con tremenda razón. La principal objetivo del taller es implantar el ideal anti-sistema, crear menos robots en la sociedad, más libres pensadores (entre los que a veces encuentra talentos). El discurso de lo social está presente en las clases. Se les habla de la Revolución, de pensadores mexicano y de hechos sociales actuales (pues no tienen contacto con noticias de fuera), siempre cuidando el lenguaje que usan ellos y los pupilos además de la ortografía. No se necesita ser vulgar para expresarse.

Foto vía instagram/malafamarap
La identificación de los niños con una figura a la que los se parezcan resulta clave en la formación. Malafama, con su vestimenta y experiencia callejera y su interés por enseñar, es perfecto para este trabajo. Si bien los recluidos actúan agresivos contra las autoridades de la penal para menores, terminan por mostrar un gran respeto y atención a estos dos maestros de Zapopan: Malafama Rodríguez y Roberto Ruiz, el dúo que se encarga actualmente de estos talleres. Roberto Ruiz ha impartido los talleres, siempre junto a Malafama, desde hace un año y medio. De su experiencia relata agradecimiento, satisfacción por aportar a la sociedad, pero aún se considera muy joven en el proceso de enseñanza, que él define como “no es trabajo”. Sustenta sus decisiones diciendo que “los resultados con esta propuesta del hip hop son mucho más evidentes [que muchos métodos], aunque sea solo una semilla, pues no se puede impartir un proceso más largo”.

También hacen hincapié en cuestiones que hoy resultan secundarias en la educación actual: la educación emocional como sobre el orgullo cuando les preguntan: ¿por qué estás orgulloso? ¿por tus padres, tus raíces, tus acciones? En el uso de métodos didácticos en las dinámicas, como elecciones democráticas de los mismos alumnos para la actividad del día. En la introspección y el autoconocimiento; un ejemplo son las actividades en las que de invita a los alumnos a rapear sobre el barrio en el que vivían y cómo era la vida en aquellos entonces, así se logra una reflexión. Con todo esto se les estructura a los alumnos, con la premisa “si te estructuras, puedes estructurar tu vida, tus decisiones y a ti mismo, para así darte forma y desenvolverte en la sociedad”.

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Hasta la próxima!


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